
Lejos de seguir criticando esta ley y a los de Ecologistas en Acción que parece que se han fumado mas de un tipo de hierba, me gustaría añadir que el primero que debe ahorrar agua es el Estado. ¿Cómo? Pues muy sencillo: ¿quién no ha andado por la calle y ésta ha estado encharcada con el agua del riego de los céspedes? ¿o quién no ha visto a los camiones de limpieza derrochar litros y litros de agua? Pues digo yo que si estamos en crisis de agua lo más lógico es que se dejen los servicios secundarios para cuando no estemos en peligro, por ejemplo. El césped se puede vuelve a plantar y las calles pueden esperar a ser limpiadas con agua. También podrían utilizar sistemas de riegos automatizados y más eficientes que se conseguiría sustituyendo los actuales aspersores por tubitos que echen el agua más suavemente y sobre el césped de manera homogénea y programando el riego para que no encharque sino que humedezca la tierra y durante la noche y así se evita la evaporación del agua.
Pero parece que Narbona va a lo fácil, a lo radical y a sacar dinero con las multas. Si es que tenemos una panda en el Gobierno que es para ver...